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Friday, January 27, 2006

Mozart 2006: celebrando al Genio


Hoy es el 250 aniversario de Mozart.
Mozart supo con su obra, tocar las fibras del espíritu humano. Es un clásico, un hombre de todos los tiempos, conocido por su música maestra, genial.
Un clásico: aquello que permanece como ruido de fondo. Preguntándole a Yepes, nos diría:

La persona es su biografía, afirma. Por eso la humanidad ha escrito la vida de los héroes. Los guerreros, santos, reyes, poetas y amadores han alcanzado la inmortalidad de su efímera vida gracias a la memoria guardada de sus hechos gloriosos y ejemplares (...) los héroes son los que con sus gestas han hecho la historia, han expresado el alma de su pueblo y el alma humana en general.
Para conocer al hombre hay que conocer a los hombres, en los hechos y en la expresión de sus vidas, en su arte. Por esto perviven los clásicos. Los clásicos lo son porque han expresado el alma humana a través de un alma humana concreta: la del héroe de sus obras. Así, el personaje de los grandes autores es una caracterización sobresaliente y específica del hombre o de la mujer de cualquier tiempo.
Escuchar la voz de los clásicos sólo es posible cuando se oye en ellos el latido de hombres como nosotros, alguien que ejemplifica una virtud, un vicio, una actitud, una resolución típicamente humana, mil veces repetida a lo largo de la historia. El mensaje de los clásicos es por eso permanente: su voz resonará cada vez que el hombre se encuentre en la misma tesitura, en la misma situación que impulsó a ese héroe a llevar a cabo su gesta.
El valor de un clásico es tanto mayor cuanta mayor es la fuerza y pureza de lo que llevó a cabo y, desde luego, cuanta mayor es la perfección artística con que su gesta quede expresada.
Reivindico a los clásicos a quienes habría, a la postre, que considerar como nuestros antepasados ilustres, encarnación de la más genuina humanidad, plenitud acaso nunca repetida.
La percepción armónica de lo humano no puede ser llevada a cabo sino a través de los clásicos del arte, de la literatura, del pensamiento.
Hay que aprender a valorar nuestro pasado y a buscar el conocimiento del hombre en lo biográfico, más allá de la pura razón.
Cuando le preguntaron a Bendicto XVI -siendo el Cardenal Ratzinger- sobre Mozart, dijo:

"La mayor parte de mi vida -la más importante y la más bonita- transcurrió en Traunstein, notablemente marcada por Salzburgo. Allí fue donde Mozart penetró hasta el hondón de mi alma. Su música, tan brillante y, al mismo tiempo, tan intensa, todavía me sigue haciendo vibrar de emoción. No es un simple diveritmento, la música de Mozart encierra toda la tragedia de ser hombre."

Hoy celebramos a Mozart, un genio de la música, un clásico. Nos unimos a Viena y a Salzburgo. Hay que escucharlo!