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Wednesday, January 28, 2009

besos prohibidos

CRÓNICA DE UN BESO PÚBLICO

16 DE ENERO.- El Bando de Policía y Buen Gobierno de Guanajuato, fue reformado. El Cabildo guanajuatense castigará a las personas que se besen con intensidad en lugares públicos. También se prohíben actitudes obscenas que causen molestia y también la mendicidad y el cruzar las calles sin usar los puentes.

En el fondo, se prohíben las acciones inmorales y que atenten contra la convivencia; también pedir y dar limosna, decir groserías en la vía pública, vender en la calle sin permiso….

Las sanciones van desde 36 horas de arresto o multas de 1500 pesos a quienes atenten contra las normas de la moral.

La Procuraduría Estatal de los Derechos Humanos requirió al ayuntamiento de Guanajuato un informe urgente, al advertir claras violaciones a las libertades de las personas.


20 DE ENERO.- 5 días después el Ayuntamiento revocó el Bando de Policía y Buen Gobierno reformado anteriormente; de modo que continúa vigente el bando policiaco anterior. El alcalde presentó una campaña para promocionar Guanajuato como "Ciudad Romance" y "la capital del beso". "Ningún beso está prohibido", dijo. … "Una mala interpretación ha golpeado la imagen de Guanajuato y queremos resaltar que la imagen, la cultura, las tradiciones del municipio siguen presentes".
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23 DE ENERO.- 3 días después el Instituto de la Juventud del Distrito Federal, anunció la realización de la feria "Amor es… sin violencia, bésame mucho", durante la cual se pretende promover que la Ciudad de México rompa un record Guiness en besos. En Ecatepec se organizó la "Olimpiada de Besos a plena luz", al parecer con poco éxito.
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Hemos asistido a la polémica y debate nacional sobre la prohibición del beso público, o del beso en público; situación provocada por el gobierno municipal de Guanajuato, paradójicamente promocionada como la "Ciudad Romance".

A esto, el gobierno de la Ciudad de México ha respondido con una convocatoria a un "beso masivo" en el zócalo capitalino, con el propósito de romper el récord Guinnes de más gente besándose al mismo tiempo.

Se adivina la ironía del juego político. Pero la respuesta va más allá. Se recurre a un criterio opuesto al de la ciudad de Guanajuato. Y surge el debate: ¿hasta qué punto se puede legislar la moralidad pública? O ¿hasta qué punto se puede prohibir una acción determinada?

Existen antecedentes legislativos en el país, en los que se prohíben los actos 'contrarios a la moral y a las buenas costumbres'. También ciertas reglas –a nivel de convencionalismos sociales- que regulan el decoro en las relaciones de convivencia: existe un 'mínimo ético' no legislado, más o menos aceptado por una mayoría social.

Sin embargo, la autonomía y libertad personal, son hoy pilares del régimen democrático (la participación de todos en el poder es expresión de libertad). La democracia busca, defiende y garantiza la libertad de cada individuo.

Pero una libertad sin límites se anula a sí misma: no puede subsistir sin un orden de libertades. Si no, se volvería violencia contra los demás (violencia pasando por encima de los demás). Es decir, la libertad requiere de una medida, requiere de contenido.

Quedan así anulados planteamientos como el de 'prohibido prohibir', que podemos traducir libremente como un 'déjame hacer todo lo que quiera'…

La sociedad exige un respeto en la plaza pública. Y el individuo requiere de una 'esfera de autonomía'. Mas no debe olvidar que vive con otros: con-vive. Y la con-vivencia requiere de un mínimo de orden. Junto al concepto de libertad, aparecen así dos nuevos –y a veces olvidados- conceptos: lo justo y lo bueno.

El Derecho marca la pauta para conseguir 'un orden justo'. Pero no puede hacer al hombre bueno. Ahora bien, quien vive un orden justo, muestra ya un principio de bondad. Sin embargo ésta no puede exigirse. Es el individuo quien libremente la escoge. O bien, la rechaza, puede no interesarle.

Lo dicho. Pensamos en la libertad como el verdadero bien del hombre. Pero se puede abusar con facilidad, cuando el Estado quiere imponer una determinada idea de bien. Esto nos suena como avasallamiento de conciencia. Como violencia, abuso de poder, en el que el individuo queda en un claro estado de indefensión. No queremos que el Estado nos resuelva el problema de la verdad sobre el bien.

No puede legislar –imponer- temas de moral. Hacerlo deliberadamente lo convierte en un Estado de corte teocrático. Y no lo somos. Por tanto, el Estado democrático se traiciona a sí mismo al exigir una conducta moral concreta (no olvidemos que la ley es general y abstracta).

Parece acertada la revocación del Bando de Policía y Buen Gobierno de la ciudad de Guanajuato. No son conductas exigibles desde la silla del Ejecutivo. Y sobra la respuesta-burla-irónica del Gobierno de la Ciudad de México.

Queda pendiente el problema ético. Que hoy por hoy nos remite al ámbito exclusivamente privado y personal: el de la conciencia individual. Entrar en la dinámica del 'juego del beso' en la plaza pública, requiere de cierta 'desinhibición'. Habrá quien se moleste. Habrá quien no. Lo que está claro es que se está llevando a cabo algo 'privado', en un lugar público. Hay un rompimiento. No de una legislación, sino dentro de uno mismo: 'no me importa que me vean'; 'no nos importa que nos vean, ni lo que digan'.

Asistimos a una manifestación de amor personal. Besar a alguien es 'decirle' que se le ama. Es casi adorarle (ad-oratio: transmisión boca a boca, beso, abrazo). Hay una especial comunicación que excede a la palabra hablada. Excede al 'lenguaje público'. Lo que se comunica es íntimo. Pertenece al que lo da y al que lo recibe y a nadie más. Hacerlo en público es hacer a otros partícipes de esa intimidad: de lo que es mío, personal. Esta es la razón de que algunas personas al exponer parte de su intimidad en público, se vean envueltas por un sentimiento de 'pudor' o 'vergüenza' (de verecundia: respeto, reverencia, límite).

Respecto al espectador, habrá quien considere estas manifestaciones de afecto en público con una connotación negativa, reprobándolas. Habrá quien apele a la libertad y al ámbito de la autonomía individual y no le moleste. La sociedad, generosamente, puede tolerar estos actos en algunas circunstancias concretas. Y puede exigir pacíficamente, que la autoridad señale unos límites. El objetivo es lograr una convivencia pacífica. El diálogo como conciliador, juega un papel esencial. La participación ciudadana activa en este diálogo, es crucial. La reflexión, la creatividad y la propuesta de ideas y contenidos, contribuyen a generar una cultura de sana convivencia, respetuosa de los derechos de la persona: vida, en una sociedad democrática.

Friday, January 23, 2009

Thank you, Mr. Bush

I quote from George Weigel (Guaigl) and his article 'In praise of George W. Bush':

"The following is best appreciated if read aloud in the best Irish accent you can manage:

Paddy, the local scoundrel, was . The entire population of the village where he spent a lifetime making others miserable attended the funeral Mass -- some, doubtless, to make sure he was really gone. Knowing the congregation's sentiments, the wise old pastor said to his people, before the final commendation, "Now, dear brother and sisters, before we commit our brother to the sod, it would be an act of charity if one of you were to come forward and say a good word about 'im." No one moved. "Come, now, brothers and sisters," the pastor pleaded, "surely there's someone who can say a good word for the man." Total silence. "My dear people, I'll be tellin' the sacristan to lock the door in a minute, and not a one of you's goin' to leave this church until someone comes forward to say a good word for this departed brother." Finally, an ancient villager got up, shuffled to the side of the casket, turned his back to the pastor, and said in a clear voice, "I think his brother was even worse."

As he leaves office, George W. Bush could be forgiven for feeling like Paddy, were he a man given to self-pity. Happily, he isn't. And it's emphatically not in the spirit of, "Well, James J. Buchanan and Herbert Hoover were even worse" that I should like to praise President Bush at the end of his two terms. For what, you ask? For many things that ought to count for Catholics.

I should like to praise him for his steadfast support of the pro-life cause, domestically and internationally. Thanks to President Bush, we have two more Supreme Court justices who likely know that Roe vs. Wade was terrible constitutional judging, and dozens more federal district court and appellate court judges with similar convictions. Thanks to President Bush, the U.S. government drew an important moral line in stem cell research, even as the administration accelerated bioethically sound research strategies that have produced real results. Internationally, the Bush administration stood firm against the Gadarene rush to use international law to declare abortion an international human right and a necessary component of the emancipation of women; as one senior Vatican official put it to me, a year ago, "We know we're never going to have another American administration as supportive of our core issues as the Bush administration has been."

I should like to praise the President for his work to rid Africa of the plagues of AIDS and malaria and to relieve the suffering of those afflicted with those awful diseases. George W. Bush may be an object of ridicule in certain U.S. zip codes; he is the subject of veneration among those in the "bottom billion" whose lives his policies have saved or enhanced.

I should like to thank the President for offering Pope Benedict XVI such a warm welcome on the South Lawn of the White House on April 15, 2008 -- a welcome that ought to have put paid, once and for all, to the notion that there is something incompatible between robust Catholic faith and a mature gratitude for the political miracle of American democracy.

I should like to thank President Bush for his personal decency, manifest in his (unpublicized) personal attention to our wounded and to the families of the fallen; in his refusal to become bitter in the face of outrageous slander; and in his calm amidst tribulations that most of us can't imagine. I should like to thank him for his unapologetic confession of Christian faith, and for his testimony to the importance that prayer plays in his life. And I should like to thank him for not giving a hoot about the mockery that such a witness draws from a secularized mass media, from American high culture, from cretins like Michael Moore, and from Euro-secularist snobs who spent eight years sneering at the evangelical cowboy in the White House while their continent was dying from spiritual boredom.

Thank you, Mr. President."


Thursday, January 22, 2009

Wednesday, January 21, 2009

puede más el corazón

... que el bolsillo y la razón.

Aquí las palabras de Berlusconi sobre el rossonero Kaká:
"Para Kakà el dinero no lo es todo. Hay cosas que son más importantes que el dinero. Estamos felices", afirmó Berlusconi.

El dueño del Milan reconoció que "habíamos ofrecido al jugador la posibilidad de tener en consideración la oferta del City y hacerse un patrimonio muy consistente, pero él tiene valores más altos".

"Ha sido Kakà el que ha decidido quitarse del mercado con esta decisión de permanecer ligado al Milan. Un contrato firmado sobre un papel, pero de ahora en adelante podemos decir que firmado con el sentimiento, firmado con el corazón", añadió Berlusconi.En la misma línea se expresó Adriano Galliani: "Ha prevalecido el corazón sobre la razón".

Y por si no era suficiente: “No se trata siempre de dinero. Se trata de jugar para el mejor equipo, jugar con los mejores futbolistas del mundo, ganar trofeos y alcanzar el éxito”. David Beckham.

Lo bueno es que el futbol se juega por amor a la camiseta.

un buen cuento

El siguiente episodio -por demás anecdótico- involucraba a un gran cuentista y a su aspirante escritor. Este último pregunta cuál es el secreto para escribir un buen cuento. Y el maestro le responde que son necesarios un buen comienzo y un buen final. "¿Y en el medio?", pregunta el candidato a la gloria literaria. A lo que el gran cuentista responde: "Es ahí donde entra en juego el talento"...

Sunday, January 18, 2009

Truth will make you free

Es el blog de un amigo, que conocí hace poco, Rev. Robert A. Connor. Vive en NY. Nos entendimos bien, sobretodo al comentar el concepto -nuevo concepto- de 'Broaden Reason', on Benedict XVI y también al hablar del concepto de persona y la necesidad de una 'new metaphyisics'. Le interesa sobremanera los escritos de Ratzinger y John Paul II. Todo esto ampliamente comentado y explicado en su blog (in English). Recomiendo lo visiten.

Saturday, January 17, 2009

Anenecuilco y Chinameca

Hace unos días tuve la oportunidad de hacer la ‘ruta Zapata’ (Chinameca y Anenecuilco) y visitar un convento en 'la capital de la cecina' (Yecapixtla). Escribo esto por lo cultural de la expedición, siempre se puede aprender algo nuevo. Me acordé de las películas a b/n que nos pasaba Gualberto. Y más.

En Chinameca, estuve en el lugar exacto donde murió el general Zapata; el museo del lugar está paupérrimo, no le han metido nada de dinero. La señora que cuida el lugar, lleva 17 años trabajando ahí y nada. Le pagan 1000.00 pesos a la quincena (eso dijo). Pero en el museo hay sólo periódicos antiguos y una que otra buena fotografía. Es interesante a pesar de la pobreza del lugar, porque es la hacienda donde el General Guajardo citó a Zapata a comer bajo un árbol y lo traicionaron…. Zapata se dio cuenta, pero cuando reaccionó era ya demasiado tarde y lo acribillaron: 18 balazos en la espalda, más los que luego le habrán dado ya tirado… y luego en Anenecuilco, cuna del jefe zapatista, es decir, donde nació. Hay ahí un buen museo y el guía era igualito a Zapata. Zapata estuvo casado con Inés Aguilar Alfaro con quien tuvo 4 hijos: Nicolás, Elena, Moisés y Lupita. Éstos últimos murieron de niños. Nicolás tomó las armas y Elena se fue a Francia, por eso hay descendientes del caudillo en París. Y han ido a Anenecuilco a visitar el lugar de sus ancestros. Zapata tuvo más hijos, una vive, Anita. Pero está ya muy mala de salud y debe tener cerca de 90 años.

Rematamos el plan con una cecina en Yecapixtla y luego visitamos el convento, del siglo XVI, que tiene lo suyo: es un convento agustino, de fachada plateresca o isabelina, con un rosetón gótico –que se usaba en el s. XIII-. Muy bonito. El interior del convento, el claustro, está en restauración. Hay restauradores del Instituto de Antropología restaurando el lugar. Son de la Escuela de Restauración y Museología, o algo así, un oficio interesante. Tomé fotos y no sé dónde quedaron.