Brendan Rodgers, fue cesado el pasado 4 de octubre por la directiva del Liverpool FC. Deja al equipo, con un desempeño gris en el décimo escaño de la tabla general. Con 3 victorias, 3 empates y dos derrotas. Es decir, nada definido aún -apenas han pasado 8 jornadas- pero con un amargo sabor a decepción...
Rodgers, es uno de los mejores técnicos que hay en la actualidad en el futbol mundial. Venía de hacer una épica temporada con Swansea (lo ascendió y lo convirtió en un fijo de la Premier; lo sustituyó Michael Laudrup, que trajo a Michu...) un obsesionado de la táctica y de la estrategia. Algunos dijeron, cuando llegó a Liverpool, que dominaba a la perfección el entonces famoso Tiki-taka, que había hecho campeón al Barcelona y a la Selección española. Definitivamente predomina en su estilo la posesión del balón, ataca siempre con balón dominado y da prioridad a los mediocampistas que saben conducir el balón. Pero, para mi gusto, su mayor virtud, es el desarrollo de talentos. Se empeña en perfeccionar la técnica de cada uno de sus jugadores, -de ahí que en sus equipos predomine siempre la juventud, combinando con algún jugador de experiencia- prueba alineaciones, modifica su sistema durante el partido... es un perfeccionista del juego, lo sabe y disfruta los partidos, pule a sus jugadores, les exige, les pide más pero, al parecer, no le importa ganar (mejor, no le importa perder). Y aquí radica la paradoja: un técnico de élite que no da resultados, en un equipo que se siente históricamente obligado y urgido a llevar trofeos a su vitrina. Es un experto del juego pero no gana, prefiere disfrutar los entrenamientos y los partidos, probar una idea nueva... Este modo, hasta cierto punto romántico, de ver el futbol, lo posiciona en un plano superior: la perfección del juego va más allá del resultado de un partido. Y como siempre, en la élite, hay pocos (del mismo perfil, Roberto Martínez, Marcelo Bielsa, Ricardo La Volpe, Jürgen Klopp y tal vez Michael Laudrup y el mejor, Pep Guardiola).
Su mejor temporada con los Reds, la 13-14 se debió en gran parte en que pudo contar con un Luis Suárez en plenitud (el Luis Suárez de antes del Mundial), que metía casi gol por partido. Eso hizo la diferencia, y la locura en las gradas.
Gastó en su estancia en cuadro de Anfield, cerca de 300 millones de libras, pero nunca fichando Cristianos ni Ibras, sino jugadores jóvenes, a veces todavía muy verdes, pero con gran potencial. Efectivamente, él era quién para pulirlos, pero las expectativas para el equipo nunca fueron tan a largo plazo. Por eso lo han cesado. En el partido contra el Everton en Merseyside, se la jugó una vez más con Danny Inns y Origi, -promesas- y el resultado fue un empate.
Sus fichajes estrella fueron Joe Allen (ex Swansea), Adam Lallana (ex Southampton), Origi (ex Everton) y el último, de esta temporada, Christian Benteke (ex Aston Villa) nada de renombre ni representativo, si no eres un conocedor de la Premier League y fan del Underground Football; también llama la atención que nunca volteó hacia los 'Big 4', salvo el caso de Daniel Sturridge (ex Chelsea) a quien resucitó de la banca de Stamford Bridge para convertirlo en estrella, garantía de gol y titular de la selección inglesa. Su cuadro titular, ya sin Gerrard, no se parece en nada, a aquel Liverpool de Estambul (2005) -el de Rafa Benítez- y ni siquiera, al de la temporada 13-14. Creo que ahí radica su (aparente) bajo desempeño, en privilegiar a los jugadores promesa tanto en los fichajes como en la cancha y por otra parte, en lesiones, muchas lesiones, no presupuestadas. Sin embargo las beneficiadas del trabajo de Rodgers en Liverpool serán sin duda, las distintas Selecciones nacionales, que convocarán, of course, a sus respectivos jugadores, por el roce y la formación futbolística que han recibido en el cuadro de Anfield -al Liverpool no le benefician nada las fechas FIFA-.
Lo sustituirá, con toda probabilidad Jürgen Klopp (ex DT del Borussia Dortmund), un técnico del mismo perfil, desarrollador de talento futbolístico, un técnico inteligente con grandes dosis de humor y paradigma hipster del futbol internacional. Es famoso por fichar jugadores de apellidos complicados, estrellas desconocidas (Aubameyang, Mkhitaryan...) y por su exigencia e ironía en la cancha. En conclusión dos técnicos de primera, que aman el futbol aunque no siempre ganen. No esperemos triunfos, sino experimentos, parecen decir, pero les aseguramos que el largo plazo está garantizado lo mismo que la diversión.
Dos técnicos revolucionarios del futbol mundial, cuidadosos del método y del trato con el jugador, inspiradores, inteligentes que harán época si logran ganar títulos. Nos recuerdan ambos que el futbol también es arte, filosofía y pasión y no solo resultado o un producto comercial.
Seguramente Rodgers se tomará unas vacaciones. Esperamos verlo de regreso pronto dirigiendo algún otro equipo en Inglaterra y por qué no, también en los torneos europeos. Se abre una nueva etapa en el Liverpool que todos disfrutaremos. #YNWA