Lo único que quería era salir de vacaciones. Olvidar los papeles y pendientes en un cajón de la oficina. Ese gris mortuorio del invierno lo invadía todo, también su imaginación. Pero era Navidad. Se oía el All I want for Christmas is You… Las luces y los sonidos prometían novedades. ¿Pero cómo alegrarse con tanto ruido? Pesaba en su alma la pena por dos amigos fallecidos. ¡Qué contrastes! Al llegar a casa, encendió una luz. Junto al Misterio –aquel Belén minimalista que ponía en su buró cada año- una tarjeta enviada por una de las pocas personas que aún escribían felicitaciones en papel: un mensaje personal, breve; y abajo, al calce, una frase impresa: «Se ha hecho tan pequeño ya ves: ¡un Niño! Para que te le acerques con confianza».
#MicroCuento de Navidad, 2016.