...Y el Derecho.
Sobre la amistad, en el último encuentro, de Marai.
«Éramos amigos, y esta palabra tiene unos significados cuya responsabilidad sólo la conocen los hombres. Tienes que ser consciente de la absoluta responsabilidad que contiene esta palabra. Éramos amigos, y no hay nada en el mundo que pueda compensar una amistad. Ni siquiera una pasión devoradora puede brindar tanta satisfacción como una amistad silenciosa y discreta, para los que tienen la suerte de haber sido tocados por su fuerza. Porque si tú y yo no hubiéramos sido amigos no habrías levantado el arma contra mí aquella mañana, en el bosque, durante la cacería. Y si no hubiéramos sido amigos, yo no habría ido a tu casa al día siguiente, a aquella casa a la que nunca me habías invitado, donde guardabas tu secreto, un secreto malvado e incomprensible que envenenó nuestra amistad. Si no hubieras sido amigo mío, no habrías huido al día siguiente de esta ciudad, de mí, de la escena del crimen, como un asesino, como un delincuente, sino que te habrías quedado aquí, engañándome y traicionándome, y quizás todo esto me habría causado dolor, y herido mi vanidad y mi orgullo, pero no habría sido tan terrible como lo que hiciste por ser mi amigo. Si tú y yo no hubiéramos sido amigos, tú no habrías regresado cuarenta y un años después, como el asesino, el delincuente que vuelve al lugar del crimen. Porque has tenido que regresar, ya lo ves. Y ahora tengo que decirte algo de lo que he tardado en darme cuenta, porque no me lo creía y lo negaba ante mi mismo; tengo que darte una sorpresa terrible, tengo que hacerte una revelación: tú y yo seguimos siendo amigos. Parece que ninguna fuerza exterior puede modificar las relaciones humanas. Tú has matado algo en mí, has destruido mi vida, y yo sigo siendo amigo tuyo. Y yo ahora, esta noche, estoy matando algo en ti, y luego dejaré que te marches a Londres, al trópico o al infierno, y seguirás siendo mi amigo. Tenemos que ser conscientes de todo esto, antes de hablar de la cacería y de todo lo que siguió. Porque la amistad no es un estado de ánimo ideal. La amistad es una ley humana muy severa. En la antigüedad, era la ley más importante, y en ella se basaba todo el sistema jurídico de las grandes civilizaciones. Más allá de las pasiones, de los egoísmos, esta ley, la ley de la amistad, prevalecía en el corazón de los hombres. Era más poderosa que la pasión que une a hombres y a mujeres con fuerza desesperada; la amistad no podía conducir al desengaño, porque en la amistad no se desea nada del otro; se puede matar a un amigo, pero la amistad nacida entre dos personas en la infancia no la puede matar ni siquiera la muerte, puesto que su recuerdo permanece en la conciencia de los hombres, como permanece el recuerdo de una hazaña discreta que no se puede expresar con palabras. Así es, la amistad es una hazaña en el sentido y silencioso de la palabra, donde no resuenan ni sables ni espadas: una hazaña como cualquier otra actitud desinteresada. Nuestra amistad era así, y tú eras consciente de ello.»
Comentario:
- La responsabilidad de la amistad.
- La incondicionalidad de la amistad.
- El envenenamiento de la amistad.
- La juridicidad de la amistad.
- La perdurabilidad de la amistad.
Marai describe la amistad como la relación humana más profunda. La amistad es relación. El Derecho es relación. La reciprocidad y la responsabilidad que genera el vínculo amistoso, resulta básico para el nacimiento del Derecho. El amigo respeta a su amigo por ser su amigo. El amigo espera de su amigo que le dé lo que le corresponde, lo que es suyo. Y el amigo, lo menos que hace, es dar un trato justo a su amigo. Por lo menos. La amistad hace que la relación de justicia sea superada, por la fuerza de la relación, del amor… y nada.
2 comments:
Ese libro está muy rudo, caray.
Si: yo digo que lo leamos todos a la vez para disolver tanta densidad humana en el diálogo itinerante.
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