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Friday, January 15, 2010

se acabó el encanto



 como se puede ver en la foto:


 (foto: Bar Deportes)


 ... ya no será como antes. Suerte Chupete.

Todo bien?

Una grande que no había contado: saludé un día a D. PV y F, un señor de más, no menos 90 años. Al intercambiar los saludos me preguntó: y Ud cómo está? Y le contesto: - 'Todo bien'. Silencio… y de pronto, -con una voz carrasposa, propia de la edad-: - '¿Cómo que todo bien?!! Qué no ve la situación que estamos viviendo, toda la violencia que hay…?'

Thursday, January 14, 2010

Atletico Madrid 5-1 Huelva Copa del Rey

una de esas tardes de gloria.... golazos de Kun Agüero (el 2°) y de Simao (el 5).

Saturday, January 02, 2010

Atlético de Madrid: uniendo culturas...

redondeando el post anterior

Papá ¿por qué somos del Atleti?




Vuelve a surgir con fuerza la pregunta, cuando el Atleti se hunde en los últimos lugares de la tabla; cuando la dupla goleadora se ha secado; no se hacen fichajes y las grandes alegrías que la afición rojiblanca espera se ven lejanas. No imposibles, pero muy lejanas. Cuando el tópico de que el Atleti es un equipo grande se ve mancillado y puesto en duda: ahora sólo se puede decir que es un histórico, pero ya no un grande. Cuando desfilan los técnicos y no se ve solución; y la directiva…
Sin embargo la afición del Calderón y Manzanares vive de un sentimiento, el Sentimiento Atlético que dota de esperanza cada juego, cada jugada, cada semana. Aunque el equipo caiga. Sin embargo la pregunta vale, ¿por qué somos del Atleti? Y para explicar el sentimiento viene a cuento la anécdota que comparte el periodista J.G. Matallanas:
«En una tertulia de catedráticos colchoneros , alguno recordó que hace años fue a sacar una entrada para el Museo del Prado y preguntó si había descuentos; en el cojo y no cojo papeles de la cartera dio con su libretilla roja, el carné del Aleti, y por hacer la gracia le comentó al de la puerta si con ese le hacía un barato. El de la puerta le contestó: con ese va entrar usté gratis. Y entró. Con gente así no cabe el paso atrás.»
Atleti: lo mejor para 2010.

"Socio 45" - Atlético Madrid


Personas e individuos

Dado lo que llamaría con libertad, la 'descomposición del género', cada vez más, nos vemos obligados a hacer deferencias no discriminatorias para referirnos a lo masculino y/o lo femenino; así, por ejemplo el ex – presidente Fox no hablaba de 'muchachos' solamente sino de 'muchachas y muchachos', 'mexicanas y mexicanos', como si el masculino -ex-genérico- no abarcara también lo femenino. Jaime Nubiola da un paso más al sugerir en su Taller de la Filosofía el uso de 'guías para un uso no sexista –no machista- del lenguaje'. Señala que «la búsqueda de un lenguaje no sexista arranca de la identificación de los elementos discriminatorios que todavía existen en la lengua castellana y aspira a proporcionar alternativas que eviten la perpetuación de la injusta discriminación en razón del sexo». Luego pone algunos ejemplos reconociendo que, en su libro no siempre ha seguido esta sugerencia:

  • 'el hombre' por 'varones y mujeres';
  • 'los alumnos' por 'los alumnos y las alumnas';
  • 'los filósofos' por 'quienes se dedican a la filosofía'

Otro caso, más complejo, «la superación de la óptica androcéntrica, que se refleja en tratamientos de cortesía no simétricos, o en la suposición habitual de que quienes escuchan o leen son varones. En caso de duda, algunos defienden la opción positiva en favor del uso de los genéricos femeninos: 'las personas', 'las estrellas de cine', o incluso para contrarrestar la ocultación tradicional de las mujeres: 'las lectoras', 'las oyentes', etc.».

También sugiere, dada «la indiferencia sexual de muchos campos semánticos o áreas de actividad en las que resulta irrelevante la condición sexuada de las personas, y por lo tanto, la tendencia a eliminar la asociación de las actividades profesionales a un sexo determinado».

En fin se entiende que ahora, las mujeres son bomberos, o policías, o árbitros, o abogados, o doctores, o licenciados o ingenieros. Y que un día, te abrirán la puerta del auto (si quien me lee, es caballero). Es difícil descender a la casuística y vivir estas pautas indefectiblemente.

A lo que voy: jóvenes y jóvenas (sic) se trata de distinguir lo que es distinto y no de igualarlo. Y hace unos días encontré una solución intermedia, en una conversación. Cuando alguien contaba una historia que a su vez le había narrado una persona del género femenino. Al cuestionarle que quién se la había contado, dijo: - me lo contó una persona. Así, haciendo una regla de tres, o análogamente, podemos decir que si te refieres a 'persona' te refieres a una mujer y si la historia te la narró un personaje masculino, podremos referirnos a él como 'individuo': - me lo dijo un individuo. Así, ni las personas ni los individuos, erraremos, porque errar es de 'humanos'.

Sartre: defendiendo la vida

Leyendo una obra de teatro, escrita por Sartre, 'Barioná, hijo del trueno', encuentro la apología de una madre a favor de la vida de su propio hijo aún no nacido. El contexto es el siguiente: Barioná, jefe de un pueblo llamado Bethsur, decreta la prohibición de tener hijos, cuando se ve sorprendido por su propia esposa, Sara, quien le anuncia que está encinta. Barioná le dice que no quiere al hijo y que acaba de prohibirlo al pueblo…

SARA — Yo... Venía a anunciarte..., ¡oh, Barioná!, me acabas de maldecir: has maldecido mi vientre y el fruto de mi vientre.


BARIONÁ — ¿No querrás decir que...?


SARA — Sí.
Estoy embarazada, Barioná. Venía a hacértelo saber, estoy embarazada de ti.

BARIONÁ — ¡Ay!

EL CORO — ¡Ay!

SARA — Has entrado en mí y me has fecundado y yo me he abierto a ti y hemos rezado juntos a Jehová para que nos diese un hijo. Y hoy que lo llevo dentro de mí y que nuestra unión ha sido por fin bendecida, me rechazas y ofreces nuestro hijo a la muerte. Barioná, me has mentido. Me has poseído y me has hecho sangrar y he sufrido sobre tu cama y he aceptado todo porque creía que tú querías un hijo. Pero ahora veo que me mentías y que buscabas simplemente tu placer. Y todas las alegrías que mi cuerpo te ha dado, todas las caricias que te he dado y he recibido, todos nuestros besos, todos nuestros abrazos, yo, a mi vez, los maldigo.

BARIONÁ — ¡Sara! No es verdad, no te he mentido. Quería un hijo. Pero hoy he perdido toda esperanza y toda fe. Es por este niño que tanto he deseado y que llevas dentro de ti por lo que no quiero que nazca. Es por él. Ve al hechicero, te dará unas hierbas y quedarás estéril.

SARA — Barioná, te lo suplico.

Barioná — Sara, soy señor del pueblo y dueño de la vida y la muerte. He decidido que mi familia se extinguirá conmigo. Ve. No hay vuelta atrás; él habría sufrido y te habría maldecido.

SARA — Aunque tuviese la seguridad de que me traicionaría, de que él moriría en la cruz como los ladrones y aunque me maldijera, incluso así, le traería al mundo.

BARIONÁ — Pero, ¿por qué? ¿Por qué?

SARA — No lo sé. Acepto por él todos los sufrimientos que va a padecer aunque sé que yo los sentiré también en mi propia carne. No hay una espina en su camino que pueda clavarse en su pie sin clavarse también en mi corazón. Sangraré a borbotones por sus dolores.

BARIONÁ — ¿Y crees que los aligerarás con tu llanto? Nadie podrá padecer por él sus sufrimientos: para sufrir y para morir se está siempre solo. Incluso si estuvieras al pie de su cruz, él estaría solo sufriendo su agonía. Es por tu alegría por lo que le quieres dar a luz, no por la suya. No le amas lo suficiente.

SARA — Le amo ya, tal y como puede ser. A ti, te elegí entre todos, vine a ti porque eras el más hermoso y el más fuerte. Pero aquél a quien espero no lo he elegido y, sin embargo, lo espero. Le amo por adelantado, aunque sea feo, aunque sea ciego. Aunque vuestra maldición lo cubra de lepra, amo por adelantado a este niño sin nombre y sin cara, a mi niño.

BARIONÁ — Si le amas, ten compasión de él. Déjale dormir el sueño tranquilo de los no nacidos. ¿Quieres darle como patria una Judea esclavizada? ¿Por morada esta roca helada y ventosa? ¿Por cobijo este montón de arcilla agrietada? ¿Por compañeros estos viejos amargados? ¿Y por familia nuestra familia deshonrada?

SARA — Quiero darle también el sol y el aire fresco y las sombras violetas de las montañas y la risa de las niñas. Te lo ruego, deja que nazca un niño, deja que el mundo tenga, de nuevo, una oportunidad.

BARIONÁ — ¡Cállate! Es una trampa. Siempre creemos que hay una oportunidad más. Cada vez que se trae a un niño al mundo creemos que le damos una oportunidad, y no es cierto. Los naipes están marcados de antemano. La miseria, la desesperanza, la muerte, le esperan en cada esquina.

SARA — Barioná, estoy ante ti como una esclava ante su señor y te debo obediencia. Sin embargo, sé que te equivocas y que haces mal. No conozco el arte de la oratoria y no encontraría ni las palabras ni las razones que pudieran confundirte. Pero en tu presencia tengo miedo: estás ahí, rebosante de orgullo y de mala voluntad como un ángel rebelde, como el Ángel de la desesperación, pero mi corazón no está contigo.


Apología de la vida de un no nacido, de la pluma de Sartre. Un amigo, Enrique G dela G., calificó alguna vez este diálogo como «Un duelo de esgrima antropológica acaece entonces entre los cónyuges: argumentos para abortar al niño se estrellan contra la alegría anticipada de Sara, de cualquier madre, de toda madre, y contra el amor por su criatura». Más adelante, en boca de Baltazar, el rey mago, Sartre nos mostrará una apología de la esperanza… Sin más, la lectura de esta obra resulta una delicia para este tiempo de Navidad.