Miguel Gil

Miguel Gil Moreno de Mora fue uno de los periodistas de guerra más aguerridos de la historia. Un joven abogado catalán, que a los 25 años, aburrido de la monotonía de su trabajo, se fue a Bosnia en moto y se convirtió en periodista free-lance, primero como aprendiz y después como un excelente cámara, trabajando para APT -associated press television-, tomando imágenes que dieron la vuleta peridística al mundo y que enseñaron los horrores de la guerra, tanto en Bosnia, como en Chechenia. Fue muerto el 24 de mayo de 2000, en Sierra Leona, en una emboscada, junto con su compañero Kurt Schork, de la Agencia Reuters, a los 32 años.
Se le recuerda como un excelente cámara, pero también como un excelente compañero de trabajo y amigo. Creyente, cosa rara en el medio, -o en la tribu, dirían sus compañeros- supo transmitir el valor de la compasión, la misericordia y la preocupación por los que sufren. "Me regaló un rosario, el muy cabrón", fueron las palabras de Arturo Pérez-Reverte, en su artículo sobre la muerte de Miguel Gil. Se preocupaba por los civiles inocentes y por todos sus compañeros de trabajo, aunque fueran de la competencia. Siempre daba ese "extra" para estar en el lugar oportuno, en el momento oportuno.

Amaba su trabajo y por eso llegaba al heroísmo. Quiso ser la voz de todos aquellos que no podían gritar, mientras pasaban el peor momento de su vida, denunciando el sufrimiento humano con la idea de remover las conciencias de los que podían hacer algo para remediarlo.
Obtuvo en Noviembre de 1998, el Rory Peck Award, premio al mejor free-lance del año, que lleva el nombre de otro legendario corresponsal de guerra muerto en acto de servicio. Y en Abril de 2000, el galardón concedido anualmente por la Royal Television Society de Gran Bretaña, por su magnífica labor como cámara y productor.
Como premios póstumos se le han concedido el Noviembre 2000, Mohamed Amin Award, otorgado por la conferencia internacional News World en reconocimiento de su labor informativa.
El gobierno de Bosnia quiso honrarle con la entrega, a título póstumo, del pasaporte de esa nación balcánica.
En Noviembre de 2001, se le concedió el Premio Brajnovic de la Comunicación, otorgado por la Universidad de Navarra, que se concede cada año a un profesional de la comunicación cuya trayectoria haya estado marcada por el buen hacer y el compromiso ético.
Miguel Gil es un ejemplo de vida: es un testimonio de todos aquéllos que entregan sus vidas por ideales nobles.
Gracias Miguel.

pd.- Para todos los que quieran saber más sobre Miguel Gil y el periodismo de guerra, les recomiendo el libro Los Ojos de la Guerra, de Plaza y Janés, editado por el periodista Manuel Leguineche.